El Real Madrid salió de su bache en la Euroliga firmando una importante victoria en la cancha del líder, un combativo París que sostuvo al 11 veces campeón europeo hasta agotar los segundos del último cuarto (85-96). Los blancos lograron imponerse a la anotación de Maodo Lo (máximo anotador con 30 puntos) y a otro puntal como Nadir Hafi (21) gracias a sus tres mejores hombres: Facundo Campazzo (19, cuatro rebotes y seis asistencias), Mario Hezonja (17, cuatro y tres), Walter Tavares (10, 13 y tres) y Gaby Deck (11, ocho y una).
El partido iba cogiendo temperatura incluso una hora antes de su inicio al conocerse la lesión del superbase T.J. Shorts, baja en el París-Real Madrid al sentirse indispuesto, una ‘epidemia’ que se extendió a otros dos jugadores parisinos: Yakuba Ouattara y Enzo Shahrvin. En la misión de enfrentarse al líder y al segundo clasificado de la fase regular de la Euroliga, el subcampeón visitaba el pabellón francés tras derrotas consecutivas.
El Real Madrid sorprendió al París en el primer cuarto (17-26), especialmente con la entrada de Campazzo (ocho puntos) por Andrés Feliz. Los de Chus Mateo se mostraron muchos más serios que en actuaciones anteriores como visitantes y sobre todo con ese acierto que les venía faltando. Los parisinos descuidaron la presencia del base blanco y la brecha seguía ampliándose hasta la decena de ventaja.
Sin embargo, el París reaccionó a las exhibiciones de Campazzo, Hezonja y Tavares (14, 11 y ocho puntos al descanso), mediante sus dos mejores hombres: Hifi y Lo (16 y 14). Y cuando los franceses se engancharon al encuentro, nunca se dieron por vencidos y la goma se estiró hasta el último cuarto, al que los blancos debían resistir para sumar un importante triunfo.
El París da guerra al Real Madrid
La responsabilidad del cuadro parisino la asumió el campeón del mundo Maodo Lo, quien se echó a los suyos a la espalda al anotar siete de los diez primeros puntos y 14 al descanso. Le acompañaron en la tarea Hifi, que miraba a canasta con fruición e hizo 16, y Collin Malcolm, que dejó siete. Entre todos amasaron además 31 de los 48 puntos del cuadro galo.
A ese fuego respondió el Real Madrid con más fuego, entrando al trapo de un líder inesperado que juega sin complejos. Lo hizo gracias a tres de sus grandes jerarcas, Tavares, Campazzo y Hezonja. Los dos últimos se convirtieron en una seria amenaza desde el triple, dando casi la vuelta al 0 de 5 que llevaba el equipo a falta de tres minutos para el final del primer cuarto, con cuatro lanzamientos lejanos acertados de manera consecutiva. Y en el caso del caboverdiano, él solo capturó al intermedio la mitad de los rebotes que llevaba en total el cuadro parisino, complementando ese trabajo con 8 puntos y 3 asistencias.
Contra todo pronóstico ante un anfitrión que suele jugar a ritmo de vértigo, la batalla la ganó el Real Madrid en la primera parte cuando el duelo era todo frenesí, llegando a ponerse por momentos con nueve puntos de ventaja. Y se la llevó el París Basketball en los tramos en los que las revisiones frenaron el toma y daca, eternizando el segundo acto (48-52, m.20).
Voltearon el marcador los locales al primer minuto de retornar de los vestuarios y se mantuvieron por delante algunos instantes. Pero ‘París bien vale un Musa’ y el bosnio irrumpió con ocho puntos sin respuesta, evitando la que podía haber sido otra de las ‘pájaras’ puntuales que tanto están castigando al bando madridista este curso.
A partir de ahí volvió a verse brevemente al Real Madrid con confianza, tanto que se puso con una renta favorable de diez. Pero esa ventaja, cómoda, tal como vino se fue al encenderse de nuevo Lo, entregado a la causa de firmar la mejor noche europea de su vida (67-70, m.30).
El germano fue también el principal problema para el Real Madrid en el último cuarto. Sin embargo, sus compañeros no transformaban con la cadencia que él lo hacía, lanzando al mismo tiempo sin miedo y sin acierto.
La defensa numantina de Tavares y la capacidad de Hezonja para dejar cosas positivas en sus viajes a canasta hicieron el resto, contribuyendo a la imagen de equipo indescifrable de este Real Madrid, empeñado en resucitar cuando alguien tiene la osadía de dudar de sus constantes vitales.